miércoles, 14 de mayo de 2014

Mi historia es una casa que envejece
con sus recintos intactos. Mi historia
es un cuerpo que habita entre estupores
y una boca que incendia las palabras
cuando bebe el amor. Mi historia debe ser
un banquete,
una fiesta perpetua
donde conviven el duende y el disturbio.

José Luis Díaz-Granados  

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