martes, 13 de mayo de 2014

La traición

La traición se viste de emoción,
y las flores del cambio son de piedra
con el vacío exclusivo de mi otro yo.
Se levanta mi cuerpo enrollado en cadenas
y la traición es mi sangre espesa,
en caminos libres de pensamiento,
donde el alma siente la emoción,
y no la traición, latente, callada.
Ilumina las sombras en una canción
destino clavado en un crucifijo,
golpeando mi boca para no hablar.
Y no pienso en el dolor,
solo en la emoción, clavada en mí pecho,
caminando entre mis Ángeles negros,
dejo que me acaricien sus alas,
para calmar mi ansiedad.
Dejo que me quemen sus manos,
para ver si despierto, pero no…
No estoy dormido,
mis ojos no están cerrados
¿Que hago si el destino esta marcado?
Y si soy un caminante,
sin camino, sin pasos al andar…
Con el seño relajado,
esquivo piedras cayendo del cielo.
Y siempre una sonrisa, a veces mentirosa
como el volar de las mariposas,
entre fuego y milenios esperando,
rasgar mi espalda, con la daga en tus manos
gritando de alegría en la noche
acariciando las ansias del tiempo
mordiendo la carne en nuestro pensamiento,
gritando y riendo, volando y cayendo
de un cielo que construimos los dos
Hace mucho… en otra vida…
Cuando se unieron la sal y el sangre,
y la traición no tenía emoción,
el vació solo era vació,
combinado con el hastío
...y así dormir entre flores de cambio,
queriéndote, deseándote, negándote
cerrando mi ojos para no dormir
imaginándote, en mis brazos.

El Desaparecido

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