lunes, 20 de octubre de 2014

Corazón


Mi sucio corazón que no se baña nunca
se cambia de calzoncillos una vez por semana
arrincona sus heces una esquinita
se arremanga los diástoles
y se pone a escuchar la música de salsa que le gusta
antiguas capitales de nostalgia-caribe le entrelinean la pirueta desangrada
pirata corazón
patalsueliado
de cuántas buenas casas te han mandado sacando
pero siempre te las arreglas para que te digan „qué mal la has visto, ¿por qué no te quedas a tomarte otro traguito?“
conchudo
sinvergüenza
una bufanda de desastres te abriga la arteria
con que cantas viejos pasillos o uno de esos boleros soberanos que siempre le pelan los cables a las hembras
corazón resabiado
te cagas de la risa como si fuera chiste lo que haces
y vas orinándote las puertas de los carros
pisándole la cola al gato
o pidiendo a gritos „¡más aguado de gallina!“
cuando sabes que ya no hay, sólo para poner en compromiso
un día de estos se te va a acabar la buena suerte y te van a meter una paliza que no va a haber Ismael Rivera que te salve
entonces cuando te encanen, cuando te rompan en hocico por cabrón, corazón, yo estaré junto a ti, como tu pana que soy, para abrazarte.

Fernando Artieda Miranda

domingo, 19 de octubre de 2014

Papeles asustados


A la niña
doy a rayar estos papeles
para que se entretenga
y deje de soñar mentiras.

Versada la niña en ensuciar paredes
pinta todos los días con tiza sus verdades.

Arreglo sus cabellos con cinta de colores
y le entrego un cuaderno a doble espacio.
-nadie le culpe por las cosas
que su alfabeto canta-.

A la niña no le importa el mundo entero,
se alza de hombros y dice:
„lo rayaré mañana“.

Ana María Iza

Romance de mi destino


Todo lo que quise yo tuve que dejarlo lejos,
siempre tengo que escaparme y abandonar lo que quiero.
Yo soy el buque fantasma que no puedo anclar en puerto
ando buscando refugio en retratos y en espejos,
en cartas apolilladas y en perfumados recuerdos.

Nadie sabe como yo el lenguaje de los pañuelos
agitándose en los muelles, sacudiendo el aire trémulo.
Nadie como yo nació con destino marinero;
la única flor que conozco es la rosa de los vientos.

Por mas que estiro las manos nunca te alcanzo lucero,
jugo de amargos adioses es mi vaso predilecto;
yo me bebo a tragos largos mi pócima de recuerdos
y me embriago en lejanías para acariciar mis sueños.

Abel Romeo Castillo