domingo, 17 de noviembre de 2013

Prisión

En el pequeño momento contrario a la vida
cuando no se sabe si es dolor o alegría
solo pido piedad por lo que algún día fui.
Si la crueldad fue mi bandera
marche sediento de sangre ingenua
sin saber que es el perdón,
si nunca sentí el dulce veneno del amor
en los confines del fuego eterno
prisión de mi alma, sonrisa de la carne
donde esa voz no existía
no sentía ningún sabor
Como juzgarme si no estabas
si mi castigo fue tenerte un instante
para perderte una eternidad,
ahora extenderé mis alas,
afilare mis garras
llamare a las sombras
fieles a mi bandera
y al grito fuego de mi vos
desgarren cuanto encuentren
destrocen a los mundanos
manchados de odio y rencor.
En este instante
puedo oír ese canto
donde todo es alegría
pagando la sentencia de mis felonías
cuando apareces.
Sombras fieles caminantes!
Vamos hacia la luz que se nos negó
marchar hacia la victoria sin importar la muerte
pues esta vez tenemos nuestra propia bendición.

El Desaparecido  

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