Alcanzando el brillo en un torpe
latido…
para ir como un ladroncillo de un
caramelo que esconde mamá,
el dulce de robles agitándose ante los
vientos del atardecer,
tiñendo de lágrimas el olvido,
sonrientes en el tiempo,
pacientes en la espera de un mundo
terminar
y comenzar uno nuevo con la misma
sonrisa
para sentarse a tomar vino en las orillas
del mar…
El Desaparecido
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