Bajo
el tormento de la saliva ardiente
se
esconde un puñal en insondable desesperación
clavada
en la médula de la verdad.
No
puedo ver al abrir mis ojos
todo gira en torno a mi inquietud
buscando
en mis manos una respuesta
el miedo se asienta en mi interior.
La
sensación evoca al pasado sin responder
necio
el destino trata de hacerme caer.
Algunas
veces me miento
algunas
veces muero por dentro
como
cuando siento que es real
y pienso que es una quimera letal.
El
cambio es mío al cerrar mis ojos
cuando
muera mi cerebro desaparecerá
pero
los recuerdos se quedaran
la sabiduría me invadirá
ya
no seré un guerrero de la mentira
esclavo
de la carne, aliado de la lujuria.
Me
paso y jalo las riendas de lo intangible
mirando
con el alma al cerrar mis ojos.
Nunca
más será lo mismo comenzar
sacando
ese maldito puñal
encontrando
la dulzura del espíritu
hallado
en otro cuerpo.
Ahora ya no es tan fácil correr
ya
no me es imposible sonreír
sin
mentir a la vida perdida
sin
sentir ya mis heridas.
El
cambio es nuestro al cerrar los ojos
cuando
muera el cuerpo, desaparecerá
pero
nuestros recuerdos se quedaran
la sabiduría nos invadirá
ya
no seremos guerreros de la mentira
esclavos
de la carne, aliados de la lujuria.
Caminaré
junto a la muerte
se
romperán raíces perpetuas escondidas
lo imposible de una sonrisa se lograra
se
respirara el aire de las tormentas
se
inventara una dulce tonada para cantarle al amor
y en un último respiro de mi agonía
resistiré
para no decirte adiós
para
decirte, nos veremos pronto
para
bien o para mal…
Ahora
nosotros tenemos la verdad
Pues
ya no somos almas perdidas
se
nos ha trazado el camino a ningún lugar.
El cambio es nuestro al cerrar los ojos
cuando muera el cuerpo, desaparecerá
pero nuestros recuerdos se quedaran
la sabiduría nos invadirá
ya no seremos guerreros de la mentira
esclavos de la carne, aliados de la lujuria.
El Desaparecido
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