Como ayer siento mis venas hirvientes,
dentro de un mundo nuevo y extraño.
Hoy mi pecho retumba de estruendos casi
destructivos,
mis ojos quieren abandonar sus órbitas,
hacia ti… A través del tiempo
como rayos de luna dando la luz al
caminar
y llegar a tus brazos como el velero,
después de cruzar todo el mar.
Y si pudiese volar como un ave de
rapiña a su presa,
te raptaría este instante para volar
sobre las superficies muertas
escapando de la sangre caída,
sin preguntarnos si la noche es la que
nos abraza
o si el cielo en que volamos es falso.
El Desaparecido
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