A veces me pierdo,
entre el aire y el viento
y me siento en un mundo
tan ajeno y distinto,
tan falso y mezquino
entre vueltas y vueltas
que da la razón,
y es cuando
se enciende el corazón
y me suplica,
que salga de aquel mundo
que me ata, me hiere
y me grita
basta de llantos
fueron suficientes lamentos
pues ya destruiste
montañas de horror
ahora se libre
y sonríe en mi honor.
El Desaparecido
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