Los pedazos de la urna rota,
se repartieron en canciones,
profundo suspirar sin ilusiones
aceptando la derrota a destiempo.
Sin descansar los ojos en la sombra
apareces sin vergüenza, sin tregua
en las orillas de la cueva
en donde estoy escondido.
Me alcanza blanca luminiscencia,
desde lo mas profundo de la fiebre
que sede cerca de un ocaso sin
tiempo...
Y antes de perder la vida,
apareces sin vergüenza, sin tregua
cuando las calles están llenas de bruma
y caminaba sin rumbo a la eternidad,
alcanzado por tu blanca luminiscencia,
me detengo.
El Desaparecido
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