Nunca hubo milagro ecuatoriano, sino
espejismo. El brillante reflejo de un gobierno que decidió gastar
todo el dinero que tenía y ahora que se vino la crisis sí tendrá
que hacer un milagro para sostener la maquinaria y evitar la caída
en picada de la popularidad del Presidente Correa.
Milagro
habría sido multiplicar el dinero, es decir apoyar a la empresa
privada, invertir en su crecimiento y generar empleo seguro. No
declararle una guerra absurda a los empresarios y ahorcarlos con
impuestos.
Abrir nuevos mercados, eso si habría
sido un milagro. Pero después de ocho años no tenemos ni un solo
mercado que reemplace al norteamericano. Las florícolas, por
ejemplo, que vivían de las exportaciones a Estados Unidos se fueron
a la quiebra, pues es imposible competir con la flor colombiana que
hoy entra a ese mercado sin pagar aranceles. El mercado Ruso, que el
gobierno se jactaba de haber ayudado a ampliar, también entró en
crisis y este año no van a comprar la misma cantidad de flores que
el año pasado.
Además de mala fama, ¿qué nos ha
dado el acercamiento a los mercados de Irán, Bielorrusia, Venezuela
y Cuba?
Después de varias pataletas del
Canciller Ricardo Patiño, el Ministro de Comercio Exterior,
Francisco Ribadeneira, logró dejar de lado las torpezas ideológicas
y cerrar un acuerdo con la Unión Europea, que constituye una
esperanza para el sector exportador.
¿Qué milagro explica que restrinjan
las importaciones de productos que no se fabrican en el país?
Prohibieron la importación de vehículos y de partes y piezas (CKD).
Aquí no hay fábricas de vehículos, sino ensambladoras. Son pocas
las piezas y repuestos de autos que se producen aquí, la mayoría se
importan. Pero como ahora pueden importar menos, ya no se van a poder
ensamblar la misma cantidad de vehículos que en años anteriores.
Por esta razón cientos de ecuatorianos que trabajan en este sector
van a perder sus trabajos. Insisto ¿Dónde está el milagro? ¿No es
más lógico, primero impulsar el desarrollo de la industria nacional
y cuando ya podamos producir aquí restringir las importaciones?
Antes de seguir engañados es
importante entender qué pasó. El gobierno metió al mercado
millones de dólares en gasto público, pero se le olvidó decirle a
la gente que lo mejor es que invierta ese dinero en algo productivo.
¿La gente qué hizo? Se dedicó a importar mercadería que, por
supuesto, salía más barato que producirla aquí. ¿Y las ganancias?
Se las gastaron en carros, ropa, viajes y otros lujos. Fueron pocos
los que le apostaron a la industria nacional y a la generación de
empleo. Algo muy entendible, pues con tanta inseguridad jurídica y
complejas leyes laborales, era mejor importar mucho y complicarse
poco.
En resumen todos los dólares que el
gobierno metió al mercado, la gente los sacó al exterior, creando
un desbalance impresionante en la balanza comercial y poniendo en
riesgo la dolarización. Hoy entonces, aplican la medida emergente:
prohíben la salida de dólares y la disfrazan de protección a la
industria nacional. Eso es todo amigos, todo responde a una medida
emergente, fruto del torpe rumbo económico que le dieron al país.
¿Dónde está el milagro de la salud?
Ocho años después deberían estar cosechando los frutos de tanta
inversión, pero los usuarios del sistema de salud pública, siguen
obligados a comprar sus recetas en las farmacias privadas, mientras
los medicamentos se pudren en las bodegas del Estado. Eso hablando de
los hospitales públicos ¿Pero qué tal la crisis en el Seguro
Social? El colmo señores, los afiliados pagamos cada mes de nuestros
sueldos por un buen servicio y por medicinas de calidad. ¿Qué están
haciendo con nuestro dinero?
Milagro habría sido no tener que endeudar nuevamente al país y con los chinos, que nos prestan al triple que los odiados organismos multilaterales de crédito.
Milagro sería que ya no haya corrupción, pero los chanchuyos se hacen a diario y a todo nivel. Hay mucho resentido que está empezando a abrir la boca y a contar cómo se hacen las cosas, sobre todo aquellos que comieron del Estado y que hoy, a pretexto de la crisis, los están dejando por fuera de la rosca.
Milagro habría sido no tener que endeudar nuevamente al país y con los chinos, que nos prestan al triple que los odiados organismos multilaterales de crédito.
Milagro sería que ya no haya corrupción, pero los chanchuyos se hacen a diario y a todo nivel. Hay mucho resentido que está empezando a abrir la boca y a contar cómo se hacen las cosas, sobre todo aquellos que comieron del Estado y que hoy, a pretexto de la crisis, los están dejando por fuera de la rosca.
Milagro sería que los helicópteros
Dhruv dejen de caerse y que los radares en la frontera algún día
funcionen. También sería milagroso que los funcionarios públicos
involucrados en estos contratos rindan cuentas y devuelvan la platita
perdida en estas compras fallidas.
En ocho años de gobierno el país ha
crecido a un ritmo del 4,5%, lo mismo que creció entre el 2000 y el
2006, años pertenecientes a la larga noche neoliberal, con la
diferencia que en esos oscuros años trabajaron con un barril de
petróleo de hasta 20 dólares y este gobierno tuvo la suerte de
vivir un nuevo boom petrolero con petróleo de hasta 100 dólares por
barril. Sin embargo el crecimiento pronosticado para este año por el
gobierno es de apenas el 4%; la CEPAL dijo que no pasaremos del 3,8%;
y pronósticos menos optimistas señalan que el crecimiento este año
no superará el 1,5%. En conclusión, con plata cualquiera hace
milagros.
Jeanette Hinostroza
No hay comentarios:
Publicar un comentario