Todo lo que quise yo tuve que dejarlo lejos,
siempre tengo que
escaparme y abandonar lo que quiero.
Yo soy el buque fantasma que
no puedo anclar en puerto
ando buscando refugio en retratos y en
espejos,
en cartas apolilladas y en perfumados recuerdos.
Nadie
sabe como yo el lenguaje de los pañuelos
agitándose en los
muelles, sacudiendo el aire trémulo.
Nadie como yo nació con
destino marinero;
la única flor que conozco es la rosa de los
vientos.
Por mas que estiro las manos nunca te alcanzo
lucero,
jugo de amargos adioses es mi vaso predilecto;
yo me
bebo a tragos largos mi pócima de recuerdos
y me embriago en
lejanías para acariciar mis sueños.
Abel Romeo
Castillo
No hay comentarios:
Publicar un comentario